ADOPCIÓN ESPIRITUAL
Objetivo: Poner en manos de María Santísima a los bebés aún no nacidos para que se les permita nacer, vivir y cumplir la misión que Dios les ha asignado.
Para promover en México el respeto a la vida humana desde el momento de la Concepción, lo invitamos a realizar la adopción espiritual de un niño que aún no ha nacido, orando por la vida de ese bebé para que sea salvado de ser abortado y se le permita nacer, vivir y cumplir la misión que Dios le ha asignado.
La vida terrena de este niño adoptado espiritualmente por usted será conocida sólo por Dios, pero en el mundo venidero y por toda la eternidad tanto usted como el niño encontrarán la felicidad cada uno en la compañía del otro.
¿Quiénes pueden adoptar espiritualmente?
Niños, adultos, jóvenes, ancianos, enfermos, sanos… todos.
Si quieres se promotor (a) de la adopción espiritual puedes hacer lo siguiente:
1°- Platica con amigos, familiares, personas de tu comunidad parroquial, compañeros de escuela, del trabajo, a quien tú quieras, y diles la belleza e importancia de este apostolado.
2°- anótalos en una lista como te proponemos a continuación.
3°- Pueden reunirse una vez al mes a hacer oración. (puede ser un rosario por los no nacidos), convivir y comentar cómo van con su adopción.
4°- También puedes formar un grupo de WhatsApp y tener comunicación continua con ellos.
5°- Al término de los 9 meses o 1 año, según hayan decidido, reúnan los obsequios que juntaron y lo entregan a mamás que sí tuvieron su bebé. Puede ser en una parroquia, en un hospital, o con personas que ustedes sepan que lo necesitan.
En el cuadro que te proponemos a continuación puedes llevar el control de tu grupo de adopción espiritual.
SE RECOMIENDA REZAR DIARIAMENTE LA SIGUIENTE ORACIÓN
por el periodo de 1 año:
Santísima Madre de Guadalupe:
Cubre con tu manto a todos los bebés
que han sido concebidos y están
por nacer.
Da sus papás y a sus mamás
la gracia de recibirlos con inmenso amor.
Y, a cada uno de nosotros, concédenos
siempre hacer
cuanto esté a nuestro alcance
para protegerlos
de todo peligro.
Te lo pedimos por Jesús,
tu hijo amado,
fruto bendito de tu vientre.
Amén.
